jueves, 17 de febrero de 2011

-Dolor de mundo.-Dolor..do..lor..¿de qué?.-DE MUNDO.

La tristeza de que te duela el mundo.

Vivo en un lugar donde 20 personas contadas planean la muerte paulatina de continentes enteros, los que nos mantienen con sus recursos naturales, los que han permitido que nosotros tengamos la calidad de vida que tenemos. Y ahora nosotros planeamos destruirlos.

Un mundo en el que naces siendo un número más y te educan para no salir nunca del rebaño en el que naces por ley.
Un mundo en el que todavía, a estas alturas, un soñador, un revolucionario, un espíritu con aires de cambio (el cual es necesario),un libertador... Son perseguidos,criticados, acusado de iluso utópico.
Tristeza de esas personas que se ríen de los "locos", que dejaron de ser ciegos a lo que ocurría, a lo que nos mata día a día.

Vieron más de lo que aparentemente somos, más que fronteras, banderas y patriotismo. Más que colores, religiones,culturas y sexualidad.
Que somos más que zurdos o diestros, que consumidores, padres, jefas, parados. Que somos más que cifras y fichas de ajedrez, que todos tenemos un gigante en nuestro interior. Sólo está en ti la responsabilidad de elegir ser un cuerdo títere, o un loco por la vida.

Te diría CARPE DIEM, atrévete a revolucionar el rebaño, defiende tus ideas, quéjate todo lo que puedas del sistema e intenta cambiarlo, con un poco que pongamos todos los locos será suficiente para que la tierra tiemble.
No por la agitación de la nueva bomba de destrucción masiva, no por los disparos, no por el llanto desolado del hambre, no por el estruendo de cañones, no por el ruido del dinero del bolsillo del codicioso, no por el soniso sordo de una mentira, no por la apertura de una nueva central nuclear,no por las lágrimas de aquel que se rindió al perseguir su sueño.
Si no por el latidos de corazones unidos a una sola voz para conseguir un nuevo mundo,el sonido silencioso de la paz, la alegría de acabar con la corrupción.

Pensemos por un momento que la verdadera globalización es posible, no esa imitación envasada al vacío que nos venden.