martes, 21 de febrero de 2012

lunes, 6 de febrero de 2012

Me ahoga esta sensación de estar destinada a algo que no quiero.
Sigo sin entenderlo...
Quizá el sonido de la música me ciegue,
quizá sea yo que no quiero escuchar.
Ando de allí para acá sin un destino fijo
reinventándome en cada movimiento
pero si encontrarle sentido a todo esto.
No me entiendo, no me conozco,
tengo crisis crónicas existenciales.
Hay veces que cuestiono mi existencia.
Pero no quiero decir que dude que estoy,
si no.. ¿Qué deja constancia de qué soy?
¿Un número de encasillamiento?
No, lo siento.
Busco algo que haga especial mi día a día.
Sospecho que eso depende de mí.
Quiero estar orgullosa de mi vida.
De lo que soy, no pensar constantemente
en cómo me gustaría ser.
¿Cuándo yo me vaya alguien extrañará mis palabras?
¿Realmente importo?
Hay un extraño muro, detrás estoy yo,
pero no soy capaz de atravesarlo.
Algo me impide no sacar todo de mí:
No querer tanto como quisiera,
acordarme un poco más de lo que importa.
Reírme a carcajada, sin reparos,
sin pensar lo que pueda ocurrir mañana.
Dios... hace tiempo que no siento felicidad
en su más puro estado.