La mayor parte de nuestras preocupaciones son creadas por nosotros mismos, en realidad no son ciertas.
Son meras suposiciones de algo que no ha pasado y que probablemente no pasará.
¿No crees que te preocupas demasiado por el futuro, intentando adivinarlo? cuando realmente lo que tendrías que hacer es intentar adivinar lo que esconde el presente, en lo que vives diariamente, quizá ahí se encuentre tu verdadera razón de ser. Esconde más de lo que piensas, las respuestas a lo que vendrá después. En cada píxel que compone cada imagen, cada momento, que más tarde pasará a ser sólo un recuerdo o incluso olvidado. El presente lo tienes en la palma de tu mano, es la única certeza de que estamos vivos, pero a la vez se escapa como agua entre los dedos. Corre deprisa, a la velocidad de la luz, por eso hay que sacarle su jugo hasta que sepas que no puedes más, sentir la vida a flor de piel. Porque realmente en el futuro recogeremos los frutos de lo que ahora vamos sembrando. Es también el que irá tejiendo el pasado y nuestras miles de historias que contar.
Por eso no debemos darle la importancia que el futuro no merece, pero que a diario nos reclama, quiere ser el centro de atención, es celoso. Ten cuidado.
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