Cuando ya no encontraba sentido en su vil vida comenzó a destruirse.
Se sumió en una espiral de noches infinitas, humo, recuerdos vagos, rodeado de desconocidos que no le favorecían en ningún aspecto, se convirtió en un espectro.
Corrosión la totalidad de sus movimientos. Perversión de una inocencia ya dejada atrás hace siglos a pesar de su corta edad.
Cada madrugada su cabeza parecía estallar pero era el único camino de alejarse de sí mismo.
Quería despojarse de cada una de sus partículas, lo que buscaba era desaparecer mientras sentía el placer de herirse paulatinamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario