Follar con la luz encendida, soñar a oscuras,
amar a ciegas,
sentir que ya no doy más,
que acabe,
que acabe,
hasta el roce de su cuerpo ya ha perdido el significado,
el significante, el sentido,
desorientada entre tantas manos,
entre tantas sábanas, jadeos y miradas.
No desaparece de mi mente
aquellos momentos en que nos retorcíamos,
aquéllos en los que nos creíamos eternos,
atemporales y valientes.
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