miércoles, 8 de junio de 2011

Déjame ser. Déjame reírme de lo que quiera y llorar por nada. Déjame comerme el mundo y una tarrina de helado de nubes enteros.
Déjame que me invente mi mundo. Que pueda expresarme a mis anchas sin que nadie me frene.
Que pueda ser libre, sentir mi fragilidad y mi desnunez.
Sentirme sola. Sentirme feliz hasta dolerme.

Déjame que decida cómo quiero ser, cambiarme el nombre, tener derecho a una segunda oportunidad y cambiar de vida. Reinventarme.

Necesito un cambio drástico.

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